UNA PALABRA DE SEGURIDAD

UNA PALABRA DE SEGURIDAD Por Daniel Brito TEXTO: Lucas 23:39-43 «Uno de los criminales allí colgados empezó a insultarlo: —¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros! 40 Pero el otro criminal lo reprendió: —¿Ni siquiera temor de Dios tienes, aunque sufres la misma condena?41 En nuestro caso, el castigo es justo, pues sufrimos lo que merecen nuestros delitos; éste, en cambio, no ha hecho nada malo. 42 Luego dijo: —Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le contestó Jesús.» En el Culto de anoche (jueves santo) se … Continúa leyendo UNA PALABRA DE SEGURIDAD

Hemos llegado al final de nuestra lectura del Libro de Mateo

Hemos llegado al final de nuestra lectura del Libro de Mateo   Por Daniel Brito Como dice el título de este corto artículo, hemos llegado al final de nuestra lectura del LIBRO DE MATEO. Hoy nos toca leer el capítulo 26 de Mateo, mañana martes el capítulo 27, y el miércoles concluimos con el capítulo 28. Usted puede leer estos capítulos en la Versión que usted desea usar. Aquí usamos la Reina Valera Contemporánea (RVC) en el sitio web de BibleGateway, pero fácilmente usted lo puede cambiar a cualquier otra Versión. Cualquier pregunta sobre el libro de MATEO usted la … Continúa leyendo Hemos llegado al final de nuestra lectura del Libro de Mateo

¿Desamparó el Padre al Hijo en la cruz? (Primera parte)

¿Desamparó el Padre al Hijo en la cruz? (Primera parte)

por Pablo Santomauro

Jesús pronunció en la cruz exactamente las mismas palabras que encontramos en el Salmo 22:1: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mr. 15:34). Estas palabras han acarreado a través del tiempo un enigma difícil de explicar para los cristianos.

La explicación tradicional que leemos en muchos comentarios, dice que en esta única ocasión hubo una separación entre las dos primeras personas de la Trinidad, el Padre y el Hijo. La interpretación dice que debido a que Jesús “se hizo pecado” (2 Co. 5:21) el Padre no pudo ni mirarlo, y por lo tanto “abandonó” al Hijo. Habacuc 1:13 sirve de apoyo para esta interpretación: “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio”. Esta interpretación busca enfatizar el gran sacrificio al que estuvo dispuesto Jesús por amor a nosotros, aún llegando a sufrir la separación con el Padre.

Reconocemos que la explicación es bien intencionada y que ha originado a partir de ella grandes sermones durante la historia, pero francamente, pensamos que sus derivaciones pueden tener matices heréticos, ya que se abre la puerta para que alguien diga que es una negación de la creencia en un Dios eterno e indivisible (Mr. 12:29). Continúa leyendo «¿Desamparó el Padre al Hijo en la cruz? (Primera parte)»