¿Salva el Bautismo?
por Pablo Santomauro
«El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva …» (1 Pedro 3:21)
Estas palabras de Pedro han sido motivo de serias controversias hasta el día de hoy. Tanto algunas sectas, así como sectores sacramentalistas dentro del espectro de la cristiandad, han usado este verso para sostener que el bautismo es necesario para la salvación de una persona.
En el tema de la salvación, todas las formas de sacramentalismo (romanismo, luteranismo, Iglesias de Cristo, etc.) indefectiblemente dicen que la salvación (regeneración) llega al hombre a través del bautismo de agua. Cuando un pecador le pregunta a un sacramentalista ¿Qué debo hacer para ser salvo, i.e., ir al cielo? siempre le van a señalar hacia la fe en Cristo y al bautismo. Es decir, en lugar de dirigirlo hacia Dios y Jesucristo, lo primero que van a hacer es abrir la llave del agua del bautisterio o correr hacia la pila de agua bendita. Es aquí donde muestran su verdadera naturaleza.
El verso que nos ocupa en este artículo es el único en toda la Biblia que dice «el bautismo ahora nos salva». ¿Es posible que Pedro contradiga aquí la enseñanza clara y masiva de la Biblia de que la salvación es por gracia solamente? Aun peor, ¿es posible que Pedro se contradiga dentro del mismo versículo? Nótese que luego de decir que «el bautismo ahora nos salva», Pedro inmediatamente agrega que el bautismo no tiene valor salvífico alguno («no quitando las inmundicias de la carne»).
De todas las normas hermenéuticas, el principio del contexto sigue siendo el príncipe indiscutido. Es el contexto el que decide cómo debemos interpretar las palabras del autor. ¿Qué queremos decir con «contexto»? Primero, hay un contexto literario en los párrafos inmediatos o en el capítulo del pasaje en cuestión. Estos deben ser leídos. Con sólo únicamente seguir este paso, se destruye el 90 % de los argumentos «bíblicos» de las sectas y los grupos aberrantes del cristianismo. Segundo, hay un contexto literario en todo el libro del cual el pasaje en cuestión forma parte. Tercero, existe un contexto de la analogía de la fe. Este determina que la interpretación válida de un texto nunca producirá una doctrina que es claramente condenada en el resto de la Biblia. Cuarto y último, existe un contexto histórico, cultural, religioso y lingüístico. Al examinar éste tendremos la ventaja de entender lo que una palabra o expresión significaba para el oyente o el lector en los tiempos bíblicos.
Vayamos ahora directamente al texto:
18 Porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé, durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas a través del agua. 21 Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora os salva (no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia) mediante la resurrección de Jesucristo, 22 quien está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo después de que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades. (resaltados nuestros) (1 P. 3:18-22)
La traducción anterior es de la Biblia de las Américas. El verso 21 es una buena rendición del griego original: «Y correspondiente a esto, el bautismo ahora os salva». La palabra clave aquí esantitupon. Significa «correspondiente», «copia», «algo semejante a otra cosa», «correlacionado», etc. La Nueva Versión Internacional traduce la palabra como «lo que simboliza». Continúa leyendo «¿Salva el Bautismo?»
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