Declaro, declaro, declaro, en el nombre de Jesús
¿Por qué muchas reuniones de oración evangélicas se han convertido en sesiones de ‘declaración’?

¿Declaras las cosas que no son como si fuesen, hermano? ¿Declaras la unción apostólica de los últimos tiempos sobre tu vida, hermana? ¿Declaras la bendición profética de lluvia tardía sobre tu familia, querido(a) lector(a)?
Si es así, te declaro que estás haciendo las cosas mal…
¡Pero ánimo! Yo también empecé así.
En vez de asistir a cultos de oración me vi involucrado en reuniones de declaración. Poco a poco iba aprendiendo el sagrado arte de la declaración y después de unas cuantas semanas estaba soltando las típicas frases que habrás oído cien mil veces: “Declaro Irlanda para Cristo”, “Declaro victoria”, “Declaro la presencia de Dios en este lugar”, “Declaro dos décadas de decadencia para Decathlon”, “Declaro que mi declaración sea declarado declaradamente…” y así por el estilo. Vamos, lo pasaba pipa declarando todo lo que me pasaba por la cabeza. Siga leyendo →