Por: Rosa Guadarrama García
Título: LA CUARTA PALABRA: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»
Texto: Mat.27:45-47:
«Desde el mediodía y hasta la media tarde[e] toda la tierra quedó en oscuridad. 46 Como a las tres de la tarde,[f] Jesús gritó con fuerza: ―Elí, Elí,[g] ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).[h] 47 Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban allí dijeron: ―Está llamando a Elías.»
INTRODUCCIÓN
Esta cuarta palabra, es el centro de las siete palabras en ella el calvario
alcanza su clímax cristológico.[1]
Jesucristo el capitán de nuestra salvación fue crucificado a las 9 de la mañana (Marcos 15:25).
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Trasfondo
2) Tres horas de oscuridad
3) Oración al padre
4) La ira de Dios
5) Lo que merecemos.
Lección
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Trasfondo. Al momento de expresar Jesús esta cuarta palabra tenía 6 horas de humano dolor. El verdadero Dios estaba como verdadero hombre, crucificado,
golpeado, y con una corona de espinas, cualquier hombre estuviera. agonizando
sin fuerza, pero nuestro señor no dijo estas palabras como si Él estuviera en agonía,
este clamor que expresó fue con un grito fuerte eso es prueba que no estaba
perdiendo su vida, si no que Él la estaba entregando.
(Isaías 53:10) «Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y, como él ofreció[b] su vida en expiación, verá su descendencia y prolongará sus días, y llevará a cabo la voluntad del Señor.»
2. Tres horas de oscuridad. Desde las doce del mediodía hasta las tres de la tarde se
oscureció la tierra totalmente como si fuera de noche.
(Lucas 23:45) «pues el sol se ocultó. Y la cortina del santuario del templo se rasgó en dos.»
(Juan 1:14) «Y el Verbo se hizo hombre y habitó[c] entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.»
Jesús cien por ciento hombre, el verbo eterno a esto podemos decir que siendo Él
Dios no puede separarse.
Jesús cuando clamó la cuarta palabra estaba como verdadero hombre, la humanidad del hijo de Dios fue real no una apariencia, Su Divinidad de Cristo es verdad.
(Filipenses 2:6-8) «quien, siendo por naturaleza[a] Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. 7 Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
tomando la naturaleza[b] de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos.
8 Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!»
3. La oración al Padre. (Lucas 22:42-43) «Padre, si quieres, no me hagas beber
este trago amargo;[d] pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya». 43 Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo.»
Jesús está orando al Padre con tal angustia y a pesar que el ángel bajó del cielo
para fortalecerlo era tanta su angustia que oró con más fervor a tal grado que sudó
sangre. Su angustia no era por su dolor físico o por los golpes que estaba a punto de recibir por parte de los soldados romanos, ni por la corona de espinas o ser crucificado.
(2 Corintios 5:21) «Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador,[b] para que en él recibiéramos[c] la justicia de Dios.»
Es importante aclarar que Jesús en el calvario no se hizo pecador, pero si fue
tratado como pecador por nosotros, son dos cosas muy diferentes. En su naturaleza
espiritual no hubo ninguna imputación de pecado, pero sobre su cuerpo llevó el
pecado de la humanidad. Él llevó todos nuestros pecados.
(Efesios 2:3) «En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos.[a] Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios.»
4. La ira de Dios. Jesús recibió la ira de Dios por nuestros pecados, Él experimentó
el dolor más grande cuando todos los pecados de la humanidad fueron echados
sobre Él. En Isaías 53:10 dice:
«Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y, como él
ofreció[b] su vida en expiación, verá su descendencia y prolongará sus días,
y llevará a cabo la voluntad del Señor.»
Imagínese usted Él llevando todas las iniquidades y pagando el precio por nuestras maldades, cuando uno está en el mundo lleno de pecado cargando nuestras culpas se siente cansado y afligido espiritualmente.
Pero cuando recibimos al señor Jesús en nuestro corazón, nos arrepentimos de nuestros pecados uno se siente como si hubiese sido arrancada una gran carga que estaba en nuestra espalda, inmediatamente Jesús nos hace sentir ya sin carga, muy descansados, en paz porque Jesús con Su sacrificio nos perdona nos hace nuevas personas listos para la vida eterna.
Si nosotros por nuestra culpa por pecadores nos sentimos cargados, cansados,
ahora imagínese a Jesús cargando todos los pecados de la humanidad, en el cayó
todo el peso de nuestra culpa.
5. Lo que merecemos. El dolor de la cruz fue muy doloroso, pero lo más fuerte
fue cuando Dios lo quebrantó y lo hizo beber el trago amargo. El cordero de Dios que quita el pecado del mundo estaba siendo tratado como pecador. Él tomó nuestro lugar el hijo de Dios en su humanidad se sintió solo, pero en el Salmo 22:24 dice:
«Porque él no desprecia ni tiene en poco el sufrimiento del pobre; no esconde de él su rostro, sino que lo escucha cuando a él clama.»
El abandono que Él sintió nos pertenecía, la angustia que Él sintió era
nuestra, el trago amargo que Él tomó nos correspondía a nosotros, todo el dolor
que Él pasó por derecho nos corresponde.
Pero Jesús en su infinita misericordia tomó nuestro lugar porque Él sabía que somos
débiles y no podemos salvarnos por nosotros mismos. En Romanos 5:6 dice:
«A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos,[b] en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados.»
Todo ser humano necesita todos los méritos de Cristo, es el único que puede
perdonarnos y darnos vida eterna solo en Él.
Dios no acepta otro mérito, solo hay uno, el de Jesucristo, porque Él es el camino la verdad y la vida y nadie viene al Padre si no es por Él. Bendito sea su nombre por siempre y para siempre amén.
Conclusión
Oremos…
*Todo Texto Bíblico sin otra indicación, ha sido tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional.
Notas:
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[1] Rev.Kittim Silva B.A.M.P.S. libro las Siete Palabras pp.: 51, 52, 61, Editorial CLIE.
*Este bosquejo fue predicado como parte de las 7 Palabras pronunciadas por JESUCRISTO en la Cruz del Calvario en Iglesia Iberoamérica por estudiantes de nuestra Escuela Bíblica local. Este bosquejo fue predicado en el 2017.