Para muchos, el Emperador Constantino era un santo: en la iglesia ortodoxa él es uno de los “Isoapóstoles” (Igual-a-los-Apóstoles), un título dado a las personas (tales como Patricio, Cirilo el evangelista de Rusia y otros) quienes eran especialmente efectivos en el establecimiento del evangelio.
Para otros, Constantino el Grande era una herramienta del mal, un corruptor de la iglesia.
Los ataques contra Constantino vienen principalmente de varios cuadrantes. Algunos creyentes mesiánicos imaginan que él convirtió la iglesia en un movimiento gentil. Otros lo acusan de introducir prácticas paganas en la iglesia. Los Adventistas del Séptimo Día le atribuyen a él (o a algún Papa) el cambiar el Sabbat de Sábado a Domingo.[1] Los Testigos de Jehová piensan que él convirtió a Jesús en Dios, hizo a la cruz un símbolo del cristianismo, y estableció la Pascua y la Navidad. Todos estos grupos tienden a aliarse y a usar los…
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Pastor Daniel,
Otro buen commentario, y mucha informacion,
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Gracias hermano Mario por tu comentario.
Que Dios te bendiga.
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