Patripasianos y unicitarios, la misma herejía
por Daniel Brito
Son muchos los que llegan a este blog insistiendo que la doctrina «unicitaria» (sólo Jesús) es la que los apóstoles creían, y la Doctrina de la Trinidad tuvo su comienzo en el Concilio de Nicea (325 d.C.). Pero para llegar a esas conclusiones, los «unicitarios» (sólo Jesús) tienen que tergiversar el Texto Sagrado y, tergiversar lo que la Historia de la Iglesia dice. El comienzo de las creencias «unicitarias» (sólo Jesús) se encuentra a finales del segundo siglo, no en el primero con los apóstoles, ni con los discípulos de los apóstoles.
Los Patripasianos — De «Patre» Padre y «pasión» sufrir. Fueron llamados así por Tertuliano. El mismo Padre se encarna en el Hijo y sufre en la cruz. Esa es la creencia «unicitaria» (sólo Jesús) que precedió al Sabelianismo en el segundo siglo. James Orr lo explica así:
«Praxeas representa las ideas patripasianas en su forma más burda. El Dios único Todopoderoso, el Padre, enseñaba, se ha encarnado literalmente en Jesucristo. Como prueba alega los pasajes: “Yo Soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí” (Isaías 45:5); “Yo y el Padre, una cosa somos” (Juan 10:30); “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9, 10), tratando estos tres pasajes, dice Tertuliano, como si fueran toda la Biblia. Presionado por la dificultad de cómo el Padre podía ser al mismo tiempo el Hijo, se refugió en la distinción de que el Espíritu, o elemento divino en Jesús, era el Padre, y la carne que había asumido le hacía el Hijo, la objeción de que la teoría sometía al Padre a la pasividad y al sufrimiento la obviaba diciendo que el Padre sufría en simpatía con el sufrimiento de la carne. Tertuliano no tuvo dificultad en mostrar que, bajo el pretexto del Monarquianismo, Praxeas realmente introducía una nueva dualidad. La carne es la humanidad, y el Padre no es sino la Presencia revestidora. El Hijo y el Padre, aunque afirmaba que eran uno, son de nuevo separados y la teoría deriva hacia una forma dinámica.»1
Aquí tenemos una clara explicación de la herejía antigua Patripasiana, reciclada en la moderna herejía «unicitaria» (sólo Jesús), que tiene esa misma creencia en cuanto a la distinción del Padre y del Hijo, aunque con algunas diferencias. O sea, el Hijo tiene su comienzo en la Encarnación. El Padre es Eterno, pero el Hijo es TEMPORAL. Una gran HEREJÍA.
Que Dios les bendiga.
1 James Orr, El Progreso del Dogma, p. 90, editorial CLIE.
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