Doctrinas extrañas del mormonismo

Doctrinas extrañas del mormonismo

Por Pablo Santomauro

Dios (Padre Celestial Elohim)

Dios, Elohim, nuestro Padre Celestial fue alguna vez en el pasado un hombre mortal como ud. y como yo, y vivía en un planeta similar al nuestro. Por supuesto que vivió acompañado con sus muchas esposas. Aparentemente, vivió una vida agradable y obediente, y fue encontrado digno por su Padre-Dios.

Pasado el tiempo, él, sus esposas y sus hijos, murieron y fueron resucitados, de modo que continuó su «progresión» hasta que alcanzó su deidad o «exaltación». Fue entonces que se le dio su propio espacio para crear su propio cielo y su propio universo, la tierra incluída.

Dios (Padre celestial Elohim) ahora tiene un cuerpo de carne y huesos y vive en un planeta distante llamado Kolob (Bruce McConkie, Doctrina Mormona, Deseret Sudamérica, 1993, p. 399).

El vive con muchas esposas («madres celestiales») que están eternamente embarazadas engendrando millones y millones de espíritus continuamente. Estos son engendrados sexualmente y son hijos en forma de espíritu, con un «cuerpo espiritual» formado por una sustancia más pura que los elementos que forman nuestros cuerpos acá en la tierra (Bruce McConkie, Mormon Doctrine (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1966), p 589).

* «Todos los hombres y mujeres son a semejanza del Padre y de la Madre universal, y son literalmente los hijos e hijas de la Deidad …. Estos seres espirituales, hijos de padres exaltados, eran hombres y mujeres, mostrándose en todos los aspectos iguales a las personas mortales, con la sola excepción de que sus cuerpos están hechos de una substancia más pura y refinada que los elementos con los cuales están hechos los cuerpos mortales».(Eter 3:16; D. & C. 131:7-8 – Cit. Doctrina Mormona, McConkie, p.580).

* «En la preexistencia todos los hombres eran los hijos espirituales de Dios nuestro Padre, un hombre exaltado, glorificado y perfecto». (Doctrina Mormona, p.342)

* «Para entender la doctrina de la preexistencia se deben aceptar dos verdades: 1.Que Dios es un ser personal a cuya imagen es creado el hombre; un Varón de Santidad exaltado, perfecto y glorificado (Moisés 6:57), y no una substancia espiritual que llena la inmensidad del espacio; y 2. Que la materia o elemento existe por sí misma y es de naturaleza eterna, y la creación es solamente la organización y reorganización de esa substancia que «no fue creada, ni hecha, ni tampoco lo puede ser». (D. & C. 93:29; Doctrina Mormona, p.580)

El primer espíritu que nació como producto de las relaciones sexuales fue Jesús, luego nació el diablo, luego Adán y Eva probablemente, y las demás criaturas espirituales, también todos nosotros. Todos los seres humanos fuimos engendrados en este planeta por Elohim y nacidos con un cuerpo espiritual («primer estado» o «pre-existencia»). Pueden leer esto en «Doctrina de la Preexistencia», en Doctrina Mormona, p. 428, edición 1966, del autor Bruce R. McConkie, uno de los 12 apóstoles de la iglesia (fallecido en 1984).

En esta condición de espíritus progresamos lo más posible, allá en ese planeta. pero para poder llegar a ser como nuestro padre celestial Elohim, necesitamos adquirir cuerpos físicos para aprender a elegir entre lo bueno y lo malo, la verdad y el error, y conocer el pecado.

Cómo llegar a ser un Dios

Como el Padre ha progresado demasiado y no puede permitir la maldad en su presencia, estos espíritus deben salir de su presencia e ir a otro lugar. Por lo tanto, este planeta tierra fue preparado como campo de entrenamiento, una especie de academia (una especie de «Al Qaeda training camp») donde obtenemos cuerpos físicos y aprendemos, usando sus palabras, «las lecciones de la mortalidad».

* «Después de un largo período de preexistente deprobación y aprendizaje, se creó la tierra para que hubiese un lugar donde los espíritus que hubiesen guardado su primer estado pudiesen venir, recibir cuerpos mortales y pasar por pruebas y dificultades». (Moisés 4:1-4; Abra. 3:22-28; Doctrina Mormona, p. 572)

De esta forma, «aprendemos a controlar deseos y pasiones, superamos debilidades, eliminamos pecados y seguimos las leyes y mandamientos de nuestro Padre celestial». (El milagro del perdón, Spencer W. Kimball, presidente y profeta)

Al hacer ésto los hombres pueden llegar a ser como Dios, lo que se conoce como la «exaltación».

¡Sí, el hombre puede llegar a ser como Dios!

Si ustedes le preguntan al misionero mormón si ellos tienen la esperanza de llegar a ser dioses con su propio planeta y sus propias esposas donde puedan engendrar hijos todo el tiempo, les van a decir que sí. Es la versión americana del islam, mejor aún, podemos tener más de cuatro esposas. En el islam sólo Mahoma podía tener más de cuatro. Aquí con los mormones podemos tener infinidad. Eso sí, tenemos que morirnos primero, algo así como las setenta vírgenes (huríes) del islam.

El mormonismo enseña que la raza humana está aquí en la tierra (segundo estado) para progresar. Este progreso consiste en:

  1. recibir cuerpo de carne y hueso.

  2. experimentar el pecado.

  3. tener fe en Cristo y el Evangelio (entendiéndose por evangelio las ordenanzas de la la iglesia mormona).

  4. arrepentirse.

  5. ser bautizado por un sacerdote del SUD (Santos de los Ultimos Días).

  6. recibir el Espíritu Santo por imposición de manos.

  7. obedecer las leyes y ordenanzas del evangelio mormón.

  8. ganar acceso al templo mediante el pagar diezmo completo, guardar leyes dietéticas (no café, te, ni Coca Cola) y mantener la dignidad personal.

  9. recibir dotaciones, matrimonio y ser sellados para la eternidad en el Templo.
    (Cuarto Artículo de Fe; 2 Nefi 9:23-24, 31; 3 Nefi 27: 19-21; Doctrina y Convenios 20:29)

Este es el método a grandes rasgos, para llegar a ser un Dios exactamente igual a Elohim. Todo mormón serio en su religión tiene la esperanza de ser un dios en el futuro, con su planeta y sus esposas. ¿Ven ustedes la relación con el politeísmo?

Isaías 43:10 dice: «Vosotros sóis mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy: antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí”.

La Misión Salvadora de Jesús

Una vez que el hombre fue inicialmente puesto aquí en la tierra e indefectiblemente iba a cometer pecado (relaciones sexuales, en la teología mormona) según el plan de Dios, se desprende de esto que la raza humana necesitaba un salvador. Dos de nuestros hermanos mayores, dos espíritus, Jesús y su espíritu hermano, Lucifer, se ofrecieron para ser ese Salvador.

El plan que Lucifer propuso fue venir a la tierra y forzar a todo el mundo a aceptar el evangelio mormón y de esa forma todos serían salvos con destino al cielo de nuevo. Jesús propuso un plan donde se le daba a la raza humana la libertad de escoger, de ser o no ser obediente, en otras palabras, libre albedrío.

El Padre escogió a Jesús para la tarea, Satanás se puso celoso, se rebeló y convenció la tercera parte de esos espíritus para que lo siguieran en la batalla (Principios del Evangelio, Cap. 3, pp 15-16).

Todos los pre-humanos participaron en esta guerra, aquellos que ayudaron a Satanás se convirtieron en demonios (Bruce McConkie, Mormon Doctrine (Salt Lake City, UT: Bookcraft, 1966, pp. 826-193). Los que pelearon valientemente del lado de Jesús y Elohim son nacidos dentro de familias mormonas.

Aquellos que no fueron valientes fueron maldecidos y nunca recibirán el sacerdocio mormón, fueron condenados a recibir una piel oscura (negra) (Ibid. pp. 526-28). Vemos aquí el racismo inherente de la religión mormona, y que prevalecía en el siglo 19, y del cual hacen gala otras sectas nacidas en el mismo siglo.

Aparentemente, Dios cambió de opinión en 1978, justo a tiempo para comenzar a enviar misioneros a Africa, el Caribe, y Brasil. La maldición fue levantada y correcciones fueron hechas a los libros, entre ellos el que venimos citando, «Doctrina Mormona». También las ediciones del Libro de Mormón reflejan el cambio (2 Nephi 30:6).

El Dios de los mormones cambia mucho de opinión. En 1890, cuando el gobierno de los EEUU les dijo que dejaran de practicar la poligamia porque de lo contrario tendrían que hacer las valijas, perderían la tierra y serían expulsados a México, muy convenientemente vino una revelación del Dios mormón. Esta revelación les ordenó dejar de practicar la poligamia en favor de la monogamia. ¡Gracias a Dios por estas revelaciones que llegan tan a tiempo!

Pero no desmayéis fieles mormones, porque «Obviamente la santa práctica [poligamia] comenzará otra vez después de la Segunda Venida del Hijo de Hombre y cuando comience el Milenio«. (Doctrina Mormona, p. 456). <>

 

Próximamente: Terminología mormona

*Este artículo fue publicado en este blog con el permiso del apologista Pablo Santomauro.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.